Narita

Hace tiempo (digamos 1998, cuando empezamos con Narita), cambiar era algo que socialmente no estaba bien visto.

Si cambiabas de pareja, no eras capaz de comprometerte. Si cambiabas de trabajo, igual es que eras un poco veleta. Si cambiabas tu estilo de vestir, como poco tenías problemas de personalidad. Ni hablemos de si, pasados los cuarenta, querías cambiar de profesión: Estabas en crisis.

Ahora, sin embargo, el cambio se percibe como algo coherente, positivo y, sobre todo, necesario. Nosotros, de hecho, pensamos que hemos sido capaces de aguantar 25 años precisamente porque hemos ido cambiando. Hemos evolucionado hacia las nuevas maneras de abordar hoy la creación de una marca, porque el branding ya no va de diseñar logotipos sino también de saber construir narrativas sugerentes e historias que generen vínculos.

Hemos cambiado mucho, aunque, como suele decirse, para que todo siga igual. Para poder seguir aquí después de 25 años, y los que nos queden.

¿Eres el propietario de Narita? Solicita administrar tu ficha aquí

Hace tiempo (digamos 1998, cuando empezamos con Narita), cambiar era algo que socialmente no estaba bien visto.

Si cambiabas de pareja, no eras capaz de comprometerte. Si cambiabas de trabajo, igual es que eras un poco veleta. Si cambiabas tu estilo de vestir, como poco tenías problemas de personalidad. Ni hablemos de si, pasados los cuarenta, querías cambiar de profesión: Estabas en crisis.

Ahora, sin embargo, el cambio se percibe como algo coherente, positivo y, sobre todo, necesario. Nosotros, de hecho, pensamos que hemos sido capaces de aguantar 25 años precisamente porque hemos ido cambiando. Hemos evolucionado hacia las nuevas maneras de abordar hoy la creación de una marca, porque el branding ya no va de diseñar logotipos sino también de saber construir narrativas sugerentes e historias que generen vínculos.

Hemos cambiado mucho, aunque, como suele decirse, para que todo siga igual. Para poder seguir aquí después de 25 años, y los que nos queden.

Prev
Next